Tradición, olores y sensaciones, eso es Mamá Chicó, el recuerdo de lo que nos alimentaba el corazón, el homenaje al buen comer y el saber hacer. Con este bagaje, hace 4 años se instalaron en Galicia para hacer lo que mejor sabían y por fin el linaje se expande a la capital, en el Paseo de Recoletos.

Paseando por la calle, sin saber de qué se trata, es obligatorio pararse, y es que desde la entrada parece como si estuviéramos ante un invernadero en pleno centro de Madrid. Con toques de madera oscura, azulejos blancos en contraste, y mucha vegetación, cada esquina se convierte en un rincón mágico.

La comida forma parte del espectáculo, y es que con un obrador propio y con la máxima de: mimar lo que nos da la tierra; es muy difícil que no salga algo espectacular.

La carta tiene de todo lo que podrías alimentarte durante tu día a día, empezando por panadería y bollería muy importante para los desayunos y las meriendas. Las joyas de la corona y orgullo para sus creadores son las pizzas y pastas caseras ¡Pero caseras de verdad! Y a veces se salen del molde con carnes, ensaladas y cocina contemporánea combinada con su toque clásico.

Un local digno de visita y digno admirar por la humilde trayectoria y amor que le transmiten a todas sus elaboraciones.

C/ Recoletos 10 Madrid,

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